viernes, 10 de agosto de 2012

LA EMPATÍA

Nala es una perra que desde que su dueño sufrió un ictus no se despega de él, y con una sutileza impresionante cuando lo ve sentado se acerca y le  lame la mano hemiplejica . Sabe que algo pasa, lo acompaña cuando anda, va a su lado y sigue sus pasos, como un ángel guardian.
Greta sabe que su dueño es ciego, sabe que tiene que  ocupar el mismo lugar si quiere que la acaricie y ha buscado la altura en una banqueta para que llegue y sepa que está ahi.
La investigación sugiere que los perros son capaces de detectar el sufrimiento de las personas, esta capacidad que tienen estos animales se denomina empatía.  

La empatía es la capacidad que un individuo o hasta un animal puede tener de sentir aquello que otro tiene y, por tanto, compartir su sufrimiento.  
El psicópata es un ser humano que no entiende ni puede entender qué cosa es la compasión, el psicópata posee un tipo superficial de empatía, que utiliza para aprovecharse de las debilidades de otros a los que somete o manipula. Y lo hace sin empatía profunda: conoce el dolor que causa pero es insensible a cualquier dolor causado a otras personas. Carece de cualquier sentimiento “moral”.

 La hipótesis de que los puedan comprender las humanas no es en absoluto nueva; lo cierto es que entre los dueños de perros es frecuente escuchar que sus mascotas son capaces de detectar el buen o mal humor con el que entran en casa; y tampoco faltan quienes aseguran que cuando hablan con sus perros, y estos les miran, tienen la absoluta certeza de que están siendo comprendidos… aunque no haya forma humana de poder demostrarlo.

 Convivir con animales no sólo proporciona compañía, sino que da seguridad y satisface la necesidad humana de tener alguien a quien cuidar y que nos necesiten. Algunos especialistas consideran que las mascotas hacen más que las pastillas. Por ejemplo, un estudio japonés descubrió que los mayores de 65 años que tenían mascotas hacían un 30 por ciento menos de visitas al médico. Y los niños con discapacidades mentales y físicas forman un vínculo intenso con los animales.


La empatía empieza siempre poniéndonos en el lugar de la otra persona. Si conseguimos hacernos una idea de la circunstancia en que se encuentra será más fácil entender qué le está pasando, cuánto sufre, cuanto miedo o angustia está sintiendo. Y qué debemos hacer como profesionales para acercarnos a él y ayudarle.
Nuestros pacientes no siempre hablan o se comunican con facilidad. 
Imagínense despertar en un hospital.....sin poder hablar, sin ver...  piensen qué les gustaría que las personas que les cuidan hicieran… el resto, se deduce sólo.
Esto es la empatía, algo que el ser humano debe cultivar, tenemos muchas veces como ejemplo a nuestras mascotas, aprendamos de ellas.

"No nos olvidemos de nuestros pacientes cuando los tengamos delante."

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