martes, 5 de mayo de 2015

Olvidando el Olfato


El sistema olfatorio es uno de los sentidos menos explorados en la práctica clínica habitual. El trastorno del olfato se considera un síntoma frecuente en la enfermedad de Alzheimer(EA), y su afectación se produce en fases precoces de la enfermedad.
Desde un punto de vista anatomopatológico la EA se caracteriza por la pérdida neuronal y por la existencia de ovillos neurofibrilares y placas de amiloide en diferentes estructuras cerebrales.
Las manifestaciones clínicas aparecen a partir de la fase límbica,cuando se afectan las estructuras del sistema límbico y las áreas mediales del lóbulo temporal. Clínicamente, existe una afectación de diferentes áreas cerebrales que provocan un deterioro cognitivo y funcional progresivo. Se afectan la memoria, el lenguaje, la función ejecutiva, la praxis, la atención y la percepción; también puede existir un trastorno de la conducta.
 La principal manifestación clínica es la pérdida de memoria, pero otro de los síntomas que se ha asociado a la enfermedad es el trastorno del sentido del olfato, que se observa hasta en un 85-90% de los pacientes.
El trastorno olfatorio se considera un síntoma precoz de la EA, dado que se manifiesta incluso antes que el trastorno de memoria, y además empeora a medida que progresa la enfermedad.  
Los pacientes no suelen ser conscientes del déficit y su afectación se demuestra mediante los tests de detección, discriminación, memoria, reconocimiento e identificación de los olores.

En la Conferencia de la Asociación Internacional de Alzheimer (CIAC), que se celebró en Copenhague, se  demostró que la pérdida en la habilidad para identificar olores y la aparición de la proteína beta-amiloide en el ojo están asociados a la aparición del Alzheimer.

El equipo de investigación dirigido por Matthew E. Growdon estudió la relación que existe entre el sentido del olfato, la memoria, y la pérdida de funciones cerebrales, con una muestra de 215 personas en edad avanzada.
Resultado de imagen de alzheimer perdida olfato
En este estudio se comprobó que un hipocampo pequeño y una corteza entorrinal delgada están asociados a una pérdida de olfato y de memoria y a elevados niveles de placas de amiloides en el cerebro. De esta forma, puede que sea posible predecir la neurodegeneración previa a la alteración cerebral mediante un análisis de la percepción que tiene el olfato en las distintas presentaciones de un mismo olor.

Por otra parte, según los investigadores, el nivel de beta-amiloide detectado en el ojo también está relacionado con la carga que hay de esta proteína en el cerebro.

A día de hoy, estas placas sólo se pueden detectar con la enfermedad ya avanzada en las últimas etapas. 


Mi paciente P. diagnosticada de Alzheimer perdió el sentido del olfato, cuando la familia notaba olores y le preguntaban, ella siempre les decía:  yo no huelo nada, "estais enfermos de la nariz". 

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